jueves, 25 de mayo de 2017

SOCIEDAD ENFERMA DE HIPOCRESÍA


Durante las tres últimas sesiones hemos visto el primer capítulo de la tercera temporada de la serie Black Mirror, en el que se muestra la historia de una mujer en una sociedad futura en la que las personas están continuamente conectadas a móviles puntuando, cada momento, a los demás. De esta puntuación depende que puedas acceder, por ejemplo, a comprarte una casa. Lo que convierte la realidad cotidiana de esta mujer y de las personas que la rodean en una farsa, en la que lo que importa es tener gestos y acciones exageradamente "buenos y agradables" para conseguir aumentar tu puntuación. Ser "un 4.6" o más y rodearte de gente con más de un 4.5, significa tener éxito. De esta forma, esta es una sociedad hipócrita de relaciones vacías de valor en sí mismas, sino como medio para conseguir aumentar tu puntuación personal.

La reflexión grupal de Idéame gira alrededor de las siguientes ideas que plantean los alumnos:
    -   En el colegio muchos alumnos viven buscando la popularidad. En el mundo de    los adultos también.
  -  Las personas tratamos de agradar a los demás para sentirnos protegidos, aunque para ello tengas que hacer cosas contrarias a tus ideas.
   -  Nuestra sociedad también está enferma de hipocresía. Somos navegantes buscando personas verdaderas y convertirnos nosotros también en seres humanos coherentes.
    -   Cuando luchas por ser aceptado por los demás haciendo acciones contrarias a tu propia personalidad, dejas de ser tú mismo.

martes, 9 de mayo de 2017

ESCLAVOS DE LAS PANTALLAS


Alicia nos muestra dos cortos de animación. Uno de ellos, este que vinculamos al blog, hace una reflexión sobre una sociedad enferma por la conexión permanente a las pantallas de los móviles, desconectando a los seres humanos que se convierten  en  solitarios caminantes. La belleza de la vida ya no está en la propia experiencia personal, sino en la enfermiza necesidad de inmortalizar en fotografías, archivos en móviles de última generación, cada instante de nuestro tiempo. De esta forma, los seres humanos se convierten en meros espectadores que se entretienen virtualizando la realidad en imágenes. Meros espectros vacíos de tiempo y espacio, presos de una vida encorsetada en pantallas.