Banksy


¿Quién es Banksy?




Un artista, un graffitero más, un filósofo callejero, un revolucionario sin armas, un producto del s.XXI, un traidor, un fraude, un delincuente... tal vez... ¿todo a la vez?

En las calles de Bristol, (UK) aparecieron sus primeros graffitis realizados con "stencil" hace casi dos décadas. Al principio sus obras tuvieron el mismo rango y trato que las del resto de artistas urbanos; fueron borradas de los muros. Pero sus provocadores mensajes y la creatividad en el modo de usar las particularidades del mobiliario de la ciudad hicieron que poco a poco sus obras se fueran popularizando. Eso, unido a su anonimato (Bansy no es más que un seudónimo) fue  convirtiendo a este autor en una especie de Robin Hood del arte, que saliendo del sistema del mercado reivindica el talento y el compromiso como valores diferenciadores del arte.


Con el tiempo el artista gracias a su popularidad se convierte, evoluciona, se reproduce y multiplica... en definitiva crece.

 Obras suyas aparecen en múltiples ciudades del globo (NY, Londres, Barcelona, etc)  incursiona en nuevas técnicas y lenguajes plásticos y visuales (escultura, óleo, cine incluso...). Pero en su expansión se topa con el mercado, ese mercado artístico que traduce el talento en retabilidad económica. Este encuentro es aprovechado por el artista que, sin perder su anonimato para el gran público, vende su obra, cada vez más cotizada, al mejor postor.

Los ayuntamientos que antes consideraban sus pintadas puro vandalismo, ahora las protegen colocando mamparas protectoras de metacrilato.

Los graffiteros y artistas urbanos se dividen. Algunos lo consideran un artista revelador, otros un traidor a la esencia del arte de la calle. 



Los galeristas y mercaderes del arte contemporáneo lo ven como una oportunidad más de negocio. No importa que Banksy a través de sus mensajes manifieste un rechazo a la crudeza e inhumanidad del sistema capitalista, ellos en el fondo saben que él, que les señala, forma parte de la misma rueda y ellos han conseguido rentabilizar su ingenio, convirtiendolo en una marca más. Una marca que gusta a los pobres y calma la conciencia a los ricos. 

Y vosotros ¿qué opináis?